viernes, 6 de abril de 2018

PHOTOCALL... ¿por qué no con flores?

El verano pasado tuve una boda... otra vez. Una amiga de hace mucho tiempo... de juventud...

Una pareja muy especial, muy cariñosos, divertidos... Les propuse un regalo hecho "con estas manitas", ¡cómo no!

Y, por supuesto, aceptaron.

Me contaron la idea que tenían: contratar un photocall y hacer fotos divertidas después de la ceremonia... ¿Por qué no suprimir este gasto y realizar algo diferente?

Comenzó el diseño y la organización:




El recuento de las flores que había que hacer...



La disposición de los colores, que no se repitieran y quedaran bien distribuidos. ¡El salón de casa era una alfombra llena de color! Había que hacerse a la idea de las dimensiones reales del trabajo... 😄



Por supuesto, la pareja iba conociendo la evolución del trabajo, y el novio, muy mañoso, montó el bastidor de madera para colocar las flores.

Había que montar las cuerdas, todas a la misma distancia... ¡a medir tocan!





El día previo a la boda, nos acercamos los tres a la finca donde se celebraría la boda.

El traslado se hizo con sumo cuidado, en bolsas bien preparadas para que las flores no se deformaran, y por el orden en que las cuerdas tenían que colocarse:





Con mucha paciencia montamos las cuerdas en el bastidor.





El resultado, ese día, con el sol brillante, era increíble:

             



Y el día de la boda... juzgad vosotros mismos:





También se atrevieron con los detalles de la solapa el novio y el padrino... y la novia!!!
Todos llevaban flores a juego... 

Así viajaron todas ellas, para no estropearse...



Las flores para el pelo de la novia... y los prendidos del novio:



... ¡Hasta la cesta de los regalos!











Hay que atreverse con cosas diferentes, ¿no?